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🎄 Chignahuapan: la magia navideña que vive todo el año

Enclavado en la Sierra Norte de Puebla, Chignahuapan se ha ganado la fama de “la ciudad de la eterna Navidad”, gracias a su tradicional producción artesanal de esferas de vidrio soplado. Sus calles se llenan de un ambiente mágico durante todo el año, con talleres abiertos que permiten asomarse al proceso artesanal y tiendas que ofrecen productos únicos. 

Desde finales de la década de 1960, cuando un artesano originario de Michoacán llevó a este pueblo la técnica del soplado de vidrio, la fabricación de esferas se convirtió en el motor artístico y económico de la comunidad. Esa semilla se transformó con el tiempo en una tradición que hoy involucra a cientos de familias. 

Actualmente, más de 200 talleres y fábricas en Chignahuapan se dedican a producir adornos navideños. Cada año elaboran decenas de millones de esferas, con una gama impresionante de diseños: desde las clásicas lisas y metálicas hasta piezas elaboradas con pintura, rellenas con plumas, rafia o materiales decorativos. 

Pero Chignahuapan no es solo artesanía; también es un destino turístico que invita a vivir experiencias inmersivas. Los visitantes pueden recorrer los talleres, admirar las esferas en proceso, y sumergirse en su atmósfera navideña incluso en pleno verano. El clima frío y neblinoso de la zona — rodeada de bosques de pino y oyamel — refuerza esa sensación de estar en una postal invernal. 

Más allá de su valor artesanal, la producción de esferas representa un pilar vital para la economía y cultura local. Chignahuapan se ha consolidado como referente nacional — y hasta internacional — de las decoraciones navideñas hechas a mano, conservando un legado que mezcla creatividad, tradición y espíritu festivo. 

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