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🧩👀 Redes de poder en Chignahuapan: parejas dominan el Ayuntamiento… ¡y Morena lo sabía!

En el municipio de Chignahuapan, Puebla, se ha tejido una red de relaciones personales dentro del gobierno local que ha comenzado a levantar cejas. Tres parejas sentimentales ocupan cargos estratégicos en la actual administración, encabezada por el alcalde Lorenzo Rivera Nava, de extracción morenista. Entre los casos más comentados está el de la síndica municipal y el jefe de gabinete, quienes mantienen una relación amorosa mientras desempeñan funciones clave en la toma de decisiones del Ayuntamiento.

Aunque Morena prohíbe explícitamente el nepotismo en sus estatutos —y de hecho aprobó recientemente lineamientos para erradicarlo—, en Chignahuapan parece haberse hecho caso omiso. Lo más irónico es que dicha aprobación fue respaldada por la propia regidora de Gobernación, quien además es esposa del presidente municipal. Es decir, ella votó a favor de una norma que, en la práctica, les afectaría directamente.

Además de la síndica y el jefe de gabinete, otras dos parejas más integran el círculo cercano del poder en el municipio. Funcionarios que no solo comparten oficina, sino también vida personal, lo que ha provocado dudas sobre la transparencia, los conflictos de interés y la meritocracia en el reparto de los cargos públicos. Estos vínculos generan inquietud entre ciudadanos que reclaman imparcialidad y profesionalismo en el ejercicio del gobierno.

Los lineamientos internos de Morena señalan que ningún funcionario debe aprovechar su posición para favorecer a familiares o parejas en contrataciones, designaciones o promociones. Sin embargo, la estructura gubernamental de Chignahuapan pareciera estar diseñada más como una red de vínculos personales que como una administración basada en capacidades y perfiles técnicos.

Hasta ahora, no se han emitido sanciones ni pronunciamientos por parte del Comité Ejecutivo Estatal del partido, pese a que las irregularidades son evidentes. Mientras tanto, la ciudadanía observa con atención y algo de desconcierto cómo las decisiones públicas quedan en manos de parejas con intereses compartidos más allá de lo institucional. ¿Nepotismo o simple coincidencia? En Chignahuapan, la línea parece haberse desdibujado. 

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